Al llegar a la Plaza Central, frente al castillo de la Bella Durmiente, tenemos acceso a las distintas zonas temáticas. Mirando de frente al castillo, encontramos a la izquierda los accesos de Frontierland y Adventureland, atravesando el castillo llegamos a Fantasyland y a la derecha se encuentra el acceso a Discoveryland. Hoy nos centraremos en la zona de Frontierland representado por el pueblo fronterizo de Thunder Mesa, enel que hoy nos adentraremos en su historia, secretos y curiosidades.
Thunder Mesa era un tranquilo valle a los pies de la montaña Big Thunder Mountain, que se encuentra en medio del río rodeado de pequeñas islas y una vegetación exuberante. La forma de la montaña con sus picos rocosos verticales, inspiraba todo tipo de historias dónde las antiguas tradiciones de las tribus nativas hablaban de un poderoso espíritu que la protegía al que llamaban Thunderbird (Thunder Bird God – Dios pájaro del trueno), y creían que castigaría a cualquiera que se atreviera a perturbar la paz de la montaña.
Durante mucho tiempo, el pueblo vivió en tranquilidad y la montaña era respetada por los habitantes del valle, hasta que la fiebre del oro trajo a colonos en busca del metal preciado que se encontraba en el interior de la montaña sin tener en cuenta las advertencias de los nativos sobre una venganza sobrenatural por el dios de la montaña. Pronto se descubrió una beta de oro en las rocas rojas de Big Thunder Mountain, y al correr la noticia llegaron más colonos, y lo que era un valle tranquilo, se convirtió en una ciudad bulliciosa y próspera gracias al oro que se extraía de la montaña.
Corría el año 1849 y la ciudad crecía rápidamente. Los siguientes años trajeron a la ciudad el ferrocarril y los grandes barcos fluviales, pero sobre todo cada vez llegaban más buscadores de oro y cazadores de fortuna con la esperanza de hacerse rico en poco tiempo.
La principal mina de la explotación de oro era de un magnate industrial llamado Henry Ravenswood, que pronto fundó la compañía minera Big Thunder Mining Company, con el fin de controlar las operaciones mineras de la zona. El cada vez más rico Henry Ravenswood construyó una gran mansión, Manor Ravenswood, sobre la colina que divisaba toda la ciudad. Ésta tenía grandes jardines decorados con estatuas de mármol y pequeñas construcciones de madera blanca y cobre. En el lado Oeste de la mansión, se encontraba el cementerio familiar.
Con la llegada del oro, pronto aparecieron edificios y negocios florecientes en la ciudad, pero ninguno ensombrecía el poder económico de los Ravenswood y su majestuosa mansión. Una bailarina conocida como Diamond Lil consiguió una enorme pepita de oro y abrió una sala de baile llamada el Lucky Nugget, lugar que rápidamente se convirtió en un teatro de cabareteras. Por otro lado, se encontraba la élite de la ciudad que acudía al señorial Silver Spur Steakhouse a gastar su dinero en suntuosas cenas de negocios. Incluso la funeraria K. Nutterville era un próspero negocio, ya que el oro también atraía a muchos maleantes a la ciudad y en la que también había un local para pistoleros y malvados llamado Last Chance Café.
A pesar de todas las riquezas que poseía Henry Ravenswood, su mayor tesoro era su bella hija Mélanie, hermosa joven de tez blanca y cabello castaño que vivía al margen de todo en la mansión y sus jardines. El señor Henry Ravenswood, el poderoso propietario de media ciudad y también de Manor Ravenswood era muy exigente en cuanto a su hija y no quería que ningún hombre se acercara a ella. Al menos cuatro hombres intentaron casarse con Mélanie, pero Henry no creía que ninguno de ellos fuera lo suficientemente bueno para su hija, y curiosamente, éstos desaparecieron misteriosamente.
Pero todo cambiaria trágicamente en Thunder Mesa. Mélanie estaba preparando su boda al comprometerse con un ingeniero de trenes que planeaba llevársela lejos de Thunder Mesa. Henry hizo todo lo posible para detener la boda, pero sus intentos fueron interrumpidos drásticamente en 1860 por culpa de un terrible terremoto que azotó la ciudad. En el terremoto falleció el matrimonio Ravenswood y las minas de oro se derrumbaron causando una lluvia de escombros y rocas.
Después de varios años, llegó por fin el día de la boda de Mélanie, pero sucedió un terrible acontecimiento. Un misterioso fantasma desconocido apareció en la mansión mientras Mélanie se preparaba en su habitación. El fantasma atrajo a su pretendiente hasta el ático donde lo colgó del cuello en las vigas del mismo.
La novia esperaba ansiosa en el salón de baile a su prometido, pero pasaba el tiempo y éste no aparecía. Los invitados comenzaron a abandonar lentamente el local, dejando a Mélanie sola en la casa con el personal del festejo y sus mayordomos. Desde entonces, Mélanie Ravenswood, con el corazón roto, recorre la mansión buscando a su amado vestida de novia y con un candelabro en la mano.
El fantasma aún acecha en la casa riéndose de sus fechorías. Uno tras otro, invitó a sus amigos muerto y demoníacos del más allá para llenar la casa en una fiesta eterna. La forma de la casa fue transformada lentamente por las fuerzas del mal.
Con el paso del tiempo, la mansión cayó en el abandono y los habitantes de Thunder Mesa, demasiado asustados como para acercarse a la casa, comenzaron a llamarla Phantom Manor.
Hoy, nadie sabe si Mélanie Ravenswood sigue viva en esa vieja casa de la colina. Si es así, ya debe de tener más de 150 años. Algunas noches, cuando la luna está llena y el cielo está despejado de nubes, todavía se puede escuchar el luto solitario de la novia, la risa maníaca del fantasma y el leve tintineo de los vidrios y la charla de los invitados a la fiesta. La señorita Mélanie espera a su novia hasta el día del juicio final.
Sin el oro, la ciudad recuperó su paz regresando los ganaderos y agricultores, que se establecieron en las inmediaciones de la zona llamada Cottonwood Creek. En ocasiones, los habitantes de Thunder Mesa se reunían para una fiesta en el gran granero Cowboy Cookout Barbecue Restaurant, trayendo con ellos algunas mesas y sillas desde su propia casa. Una vez aquí pasarían el día disfrutando de sabrosas costillas a la barbacoa, pollo y chile picante.